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  1. Lo primero que quiero exponer es mi felicitación al equipo que ha intervenido en la reclamación judicial que nos ocupa, pues el éxito obtenido pone de relieve sus conocimientos históricos, legales, jurídicos, y profesionales para la obtención de este resultado, que se acumula a otros anteriores.

    Dicho ésto, procede congratularse, y hacer extensiva la felicitación a los promotores e intervinientes en la reclamación por la defensa realizada para el cumplimiento exacto y no en demasía de la ley que regula la materia, combatiendo en el ámbito judicial los desmanes, pillerías y martingalas empleadas por gobernantes y afines a esta patulea dominante en todas las instituciones y administraciones del Estado en las que están presentes y sobre todo en las que pueden decidir y/o imponer sus criterios

    El caso del Ayuntamiento de Oviedo durante el nefasto tripartito es un ejemplo elocuente de ello, pues con un ánimo discriminatorio (e ignorante en muchos casos) han arremetido contra todas las calles cuyo nombre no les gustaba, para -precisamente- dedicarlas a personas, temas etc. de significación contraria. Eso es revanchismo puro y duro, lo cual lo dice todo sobre su catadura moral.

    Realmente pienso que ya debería pedirse ejecución de todas las sentencias al respecto (incluída la última si ya cabe tal posibilidad) porque es preferible “llegar antes de la hora que con el tiempo justo” (o sea, cuanto antes mejor, no vaya a ser que…); y también exigir las responsabilidades a título personal de las personas físicas que han intervenido en las decisiones que han sido desestimadas por los jueces y sean firmes, pues los costes de la imprudencia y malicia (probablemente prevaricadoras) de aquellos no deben soportarlos los ciudadanos de Oviedo a través de los dineros recaudados de sus impuestos, sino precisamente quienes los han causado es decir: los políticos municipales en este caso. Ya va siendo hora de que se exijan responsabilidades económicas, judiciales e incluso penales si es el caso a los políticos que por desconocimiento, imprudencia, prevaricación, negligencia, etc. etc. las ocasionan. No puede ser que los políticos, al nivel que sea y con independencia de su coloración, no se les exijan las responsabilidades derivadas del ejercicio de sus funciones. El sueldo (generoso) que perciben y las prebendas de las que disponen (y a las que se aferran aunque primero las hayan criticado) tiene que tener esa contrapartida, y no pueden “irse de rositas” después de cometer actos con las adjetivaciones indicadas. En la empresa privada seguro que se cuidarían más con las decisiones que tomasen.

    Finalmente me detengo en un pequeño comentario acerca de las declaraciones de Ana Taboada, la portavoz de SOMOS OVIEDO (aunque creo que NO SON, y mucho menos OVIEDO) al respecto de la sentencia del Juzgado de lo Contencioso núm. 3 capitalino, origen de la sentencia que nos ocupa. Dice que no la comparte, lo cual es admisible pero que por sus manifestaciones a la prensa lo que más bien parece insinuar es que la rechaza de plano. Así es la democracia que predican. Falta les hacia haber vivido la Transición (entre otras cosas), o al menos haberse enterado de cómo fué.

    1. Gracias por tus magníficas aportaciones, José María. Totalmente de acuerdo contigo, no sólo la transición también un curso de democracia básica, que el eurocomunismo de Carrillo entendió durante la transición, pero que los comunistas, como los de Podemos, nunca han entendido, siendo siempre unas atroces y criminales dictaduras.

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