El muchas veces políticamente incorrecto Vidal mantiene que el acercamiento de Casado al PSOE puede deberse a la presión del lobby gay que hay en la Junta Directiva de los populares; en sus palabras, está «rodeado de gays» y dice que habrá que cambiarle el nombre a «Pink Party»(PP).
Mirando en la Historia de España, Azaña es, quizás. el político homosexual más conocido. Jaime Capmany nos lo resume perfectamente: » Manuel Azaña mantenía muy discretamente y dentro del ámbito privado sus amores con Cipriano Rivas Cherif, y hasta se casó con su hermana para disimularlos. Pero le nombró Jefe de Protocolo. Gracias a Marino Gómez Santos sé que en algún periódico, por errata o por malevolencia, apareció que lo había nombrado «Jefe de Protoculo». Pérez de Ayala lo contó a Marañón, y Marañón comentó: «A veces, el camino más corto para llegar a un cargo es el recto».
La ocultación de su homosexualidad no tiene nada de particular en aquella altura, los comunistas de aquí hoy día son pro, pero hasta hace bien poco en la comunista Cuba se les recluía en campos de trabajo.»El trabajo os hará hombres» era el lema, conocido es el odio que les tenía el Ché Guevara.
En aquellos tiempos de la Guerra Civil en España no es extraño que el presidente de la República lo ocultara. En un libro que me impactó en mi juventud, el famoso Un millón de muertos de José María Gironella relata como el anarquista Durruti mandó de vuelta del frente, no los quería allí, a Bujaraloz (Zaragoza) a homosexuales y prostitutas y él mismo los ametralló en los vagones del tren en el que viajaban, aunque hay autores que mantienen que no fue así.
Una cosa es la Historia y otra el presente.