A tenor de la noticia de LNE y la consigna que, al parecer, decía esta gentuza «fuera fascistas de Gijón» está claro que los únicos fascistas* ayer en Gijón eran ellos, los auténticos autoritarios, los que no admiten que haya personas que piensen distinto.
*entiéndase, para hablar con propiedad, comunistas o, cuando menos, filocomunistoides.
Santiago Abascal llegó a Gijón con un propósito claro: apremiar al PP para formar gobiernos locales y autonómicos con Vox allá donde suman mayorías en la antesala de las elecciones generales de julio. Lo hizo en un escenario como los Jardines del Náutico, junto a la playa de San Lorenzo, donde se vivieron momentos de tensión entre los asistentes al mitin, unos 1.600 según la organización, y una minoría (decenas) de integrantes de colectivos feministas, entre otros de izquierdas, que acudieron una hora antes a la zona para rechazar el pacto de Foro con la formación de Abascal para formar gobierno municipal en Gijón. El despliegue policial fue importante y consiguió que finalizara sin incidentes, pero con numerosos intercambios de consignas como «fuera fascistas de Gijón» o «a ducharos a casa».
«Os pido un segundo de silencio. ¿Sabéis como suena la impotencia? Van a tener que ponerse a trabajar a partir del 23 de julio, cuando lleguemos nosotros se van a acabar las subvenciones a chiringuitos que se dedican a amenazar al oponente político», arrancó un Abascal que presumió del pacto alcanzado en Gijón. «En Asturias no ha ocurrido lo que esperábamos, pero aquí sí hemos sido decisivos. Van a volver las libertades, se va a defender la lengua española y a respetar el modo en el que hablan los asturianos, pero no se le va a imponer a nadie y van a volver nuestras tradiciones prohibidas –en referencia a los toros– por una alcaldesa totalitaria. Gijón sois un buen ejemplo de lo que queremos para España», reiteró.
El líder conservador aseguró que su formación ofrece «un futuro mucho mejor que los últimos cuarenta años de socialismo en Asturias», criticando que muchos jóvenes de la región se han visto obligados a emigrar porque «España está a la cabeza del paro juvenil. Y Asturias es la que peor dato tiene del país». En ese sentido, Abascal señaló que la izquierda ha hundido «con dictados globalistas» la industria, la minería y el campo en la región. También recordó, en referencia a la Ley de Sucesiones, que «heredar en Asturias es condenarse a la ruina». Antes del mitin, ante los medios, salió en defensa de la nueva concejala de Festejos de Gijón, Sara Álvarez Rouco, contra la que Andecha Astur ha presentado una denuncia por delito de odio por pretender excluir de contrataciones a artistas o cantantes que usen el asturiano. «Será absuelta porque no hay más odio que el de los secuaces del Gobierno que están aquí tratando de impedir este acto», replicó Abascal, que estuvo acompañado del candidato de Vox al Congreso de los Diputados por Asturias y presidente del partido en la región, José María Figaredo, además de la diputada Carolina López y la propia Rouco.
Ya en materia nacional, tendió la mano al PP y puso como ejemplo el pacto alcanzado en Valencia para referirse a Extremadura, donde ha habido más reticencias a compartir equipo de gobierno por parte de la popular María Guardiola. «La línea roja es la verdad y el respeto a todos los votantes de Vox», respondió Abascal ante la pregunta de si era requisito imprescindible que su formación entrase en el gobierno para darle su apoyo. Respecto a las negociaciones en Baleares, se limitó a señalar que espera que «haya pronto» novedades. Asimismo, Abascal se comprometió a derogar leyes «que atentan contra las libertades» como la trans, la del «solo sí es sí», la Celaá de Educación o la de Cambio Climático. Por ello, urgió a «librarnos de la gigantesca mentira de Pedro Sánchez», al que afeó sus acuerdos con los partidos independentistas catalanes y EH Bildu. El líder nacional de Vox también reclamó más respeto para su partido en los programas de televisión. El mitin terminó con el himno de España y Abascal realizó el gesto de «la V de victoria» con los dos dedos al pasar en furgoneta por delante de los colectivos feministas, controlados por la Policía Nacional.
Precisamente, fue una hora antes, en el entorno de la plaza del Parchís, cuando se celebró una masiva concentración convocada por colectivos feministas exigiendo a la alcaldesa de la ciudad, la forista Carmen Moriyón, la ruptura de su pacto de gobierno con Vox. A la concentración se unieron grupos de mujeres de toda Asturias y también hubo referencias a los vetos a los artistas asturianos y se vio ondear la bandera arcoiris del colectivo LGTBI+. «Todos sabemos por qué estamos aquí; la igualdad ha sido nuestra lucha y nuestra conquista y queremos decirle a la Alcaldesa que la política de igualdad no se pacta con la extrema derecha. Este pacto es intolerable, es inaceptable», aseguró la histórica feminista María José Capellín al coger el megáfono y en referencia al acuerdo de investidura. «Estamos decepcionadas, enfadadas y nos sentimos estafadas», zanjó.
