Feijoo ha tachado de cobarde al marido de Begoña Gómez por ausentarse del debate, evitando así un posible desgaste y limitándose a presentarse solo para votar. Aunque la acusación es precisa, se queda corta para describir la traición que esto representa. El cobarde vende la nación por un plato de lentejas, obsesionado con su poder enfermizo y apoyándose en socios que buscan abiertamente la ruptura del país con la independencia de una parte querida de la nación. Este plato de lentejas podría salirnos muy caro, ya que atenta contra la Constitución, que con sus virtudes y defectos, como norma suprema del ordenamiento jurídico, ha garantizado la concordia y estabilidad entre los españoles, sin precedentes en la historia reciente.