Las botaratas del 8-M socialista retrataban a toda una generación que oculta su avidez de dinero y poder en la supuesta búsqueda de una igualdad.
No debería gobernar nunca un partido ni un sujeto como Falconetti cuyo programa político real no es el de sacar a Franco de la fosa, ni siquiera el feminismo de cuota, sino el que inspira su afán de Poder: pactar con los enemigos de la nación y la Constitución. En eso deberían centrarse el PP y Ciudadanos, no en manifestarse junto a las brujas andinas que ahúman las calles con ofrendas a la Pachamama. Si el PSOE le deja a la Derecha la bandera de España, perderá las elecciones.